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Morderse las uñas: ¿Afecta a mis dientes?

La onicofagia o “comerse las uñas” es para muchas personas un hábito compulsivo normal, que pasaría desapercibido si no fuera por el aspecto antiestético que deja en los dedos. Sin embargo morderse las uñas puede traer consecuencias peligrosas y no tan conocidas para la salud bucal. En este artículo te contamos cuáles son los riesgos odontológicos de esta conducta repetitiva. ¡Continua leyendo!

La ingesta prolongada y compulsiva de las uñas puede ocasionar un deterioro excesivo de los incisivos, mayor riesgo de infecciones así como problemas para la mandíbula e incluso contribuir al mal aliento. Aunque no lo parezca la onicofagia puede poner en peligro la salud de tu boca. A continuación te contamos cuáles son los riesgos más comunes del “comerse las uñas”.

Riesgos 

Estos son los posibles riesgos que produce el morderse las uñas:

  • Desgaste dental
  • Problemas bacterianos
  • Molestia mandibular
  • Mal aliento
  • Bruxismo

Según la Academia de Odontología General, las personas que se comen las uñas podrían romper, desgastar o astillar sus dientes frontales debido al estrés causado al morder. Incluso aquellos que utilizan brackets, ponen sus dientes en mayor riesgo de reabsorción radicular (una reducción de las raíces) o pérdida dental, ya que los brackets ya ponen bastante presión en los dientes.

Desgaste dental

El mordisqueo continuo es capaz de erosionar el esmalte de los dientes sobre todo de lo incisivos mediante microtraumatismos. ¿Como? Depende mucho de la fuerza que se ejerza sobre los dientes, pero en algunos casos extremos incluso se pueden ocasionar astillados y fracturas en las piezas dentarias. ¡Así que cuidado!

Problemas bacterianos

El contacto prolongado con las uñas puede suponer un traspaso de bacterias, lo que aumenta el riesgo de infecciones en la boca y puede ser la puerta de entrada para tu cuerpo de determinadas bacterias que pueden afectar a tu organismo. Es el caso de los Staphylococcus, la Candida o la Escherichia Coli que puede ocasionar diarreas y vómitos. Un estudio del departamento de Dermatología de la Universidad de Pensilvania concluyó que debajo de las uñas hay miles de bacterias mientras que en el resto de zonas de la mano sólo suele haber cientos. Por lo que quienes se comen las uñas incluyen, tejido gingival sensitivo, desgarrado o dañado causado por bordes angulosos y afilados de las uñas pero también la propagación de bacterias de otras partes del cuerpo a la boca.

Mandíbula

El mordisqueo persistente de uñas también puede afectar a la articulación temporomandibular. Este movimiento implica una posición forzada para la mandíbula y puede desenlazar en un dolor continuo y molesto al momento de ingerir alimentos. 

Mal aliento

En el caso del mal aliento o halitosis, la relación con comerse las uñas se fundamenta en que el traspaso de bacterias desde la zona subungueal (zona situada debajo de la uña) a la boca puede contribuir al desarrollo de halitosis más aún en el caso que se haya generado una infección.

Bruxismo

Un estudio del diario de Odontología General también reportó que pacientes que muerden sus uñas o lapiceras y/o aprietan sus dientes pueden tener mayor riesgo de bruxismo, un trastorno del sistema masticatorio que puede causar dolor facial o de cabeza, sensibilidad dental, retracción de encías y pérdida dental. Si querés más información acerca de este trastorno podés visitar nuestro artículo:  “Bruxismo: que es y como detectarlo”.

¿Existe algún tratamiento?

Si bien, la onicofagia es considerada una manía de carácter psicológico, los pacientes que tengan este hábito pueden utilizar un protector de boca para impedir comerse las uñas y ayudar a prevenir algún daño en sus dientes. Algunos especialistas del campo odontológico recomiendan aplicar algunas técnicas de terapia, como aprender a descansar la lengua hacia arriba con los dientes separados y los labios cerrados para evitar daño dental.

Dentro del campo de la psicología, existen una gran oferta de tratamientos psicológicos testeados para esta clase de conducta repetitiva. Dentro de los tratamientos que mejor resultado tienen, podemos recomendar la terapia cognitiva. Algunos de estos apuntan a reducción del estrés y otros lo consideran a este comportamiento como un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Ya que la conducta de comerse las uñas, es considerada una conducta que consiente o inconscientemente no se puede dejar de hacer.

Conclusión

Si después de leer este artículo crees que el hábito de morderse las uñas es imposible de dejar, ¡intenta de nuevo! Son muchos los riesgos para la salud bucal que puede provocar esta manía de onicofagia.  

 

Fuentes:

  • Ferro,M. Naccif,A., Sotillo,F., Velasquez,L., Velez,K. Aspectos psicológicos de la onicofagia en los estudiantes de 2do año de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela. Revista Latinoamericana de Ortodoncia y Odontopediatria «Ortodoncia.ws» edición electrónica febrero 2010. [Link]
  • Motghare, Vaibhav y col. Asociación entre hábitos orales nocivos y signos y síntomas de trastornos de la articulación temporomandibular entre adolescentes. Revista de investigación clínica y diagnóstica: JCDR vol. 9,8 (2015): ZC45-8. doi: 10.7860 / JCDR / 2015 / 12133.6338 [Link]